RECUERDOS
Y como recuerdo perenne de aquella noche
deje sobre tu carne un rosario de besos,
para que cada mañana, cuando despiertes
y te mires desnuda ante el espejo,
tus labios puedan buscar, todos y cada uno,
en el rosario que deje sobre tu cuerpo.
Parecerá que mis besos están dormidos,
pero no lo dudes, si los llamas serán de fuego
y volverán a arder en la hoguera
que aquella noche mis labios encendieron...
Y por mi parte, con el dolor de la distancia
arderé, también, en la llama del recuerdo.
Enrique DE QUIROS.
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