PREGUNTAS.

PREGUNTAS.

(A modo de Fábula)

Hubo, una vez, una ninfa
que se acercó a preguntarle a un río
el por qué del discurrir de sus aguas
sabiendo cual era su destino…
Aquel río sabía a la perfección
cual era el fin de su camino,
pero en el deambular de su cauce
dejaba jirones de sí mismo
... en el corazón de otras personas
que se le acercaban como amigos…
aquel río amaba a las gentes y sabiendo
sobradamente, cual era su destino,
seguía llenando de amor a quienes,
sin preguntas, encontraba en su camino.

SI ESE DIA LLEGASE…

 

SI ESE DIA LLEGASE…

Si algún día ocurre, porque tiene que ocurrir,
no hará falta que nadie vaya y te lo diga;
sentirás como te crece en la garganta
todo el escozor de un campo de ortigas.
Sentirás que las lágrimas te ahogan
y que el mundo entero, se te viene encima.
Es posible que hasta las rosas, ese día,
se vistan con el morado de las lilas…
... O será mi propio silencio
quien mejor mi propia muerte describa…
¡Y no dudes de que en ese momento, el aire lo poblaran,
con sus corbatas negras, las golondrinas!

 

 

AMANECERES II

AMANECERES.

Todas las mañanas, cuando el sol sale
Yo estoy allí, a darle los buenos días,
Hay veces que sale rompiendo nubes
Y otras que viene repartiendo risas…
El sol es muy caprichoso
Y va de mago por la vida,
Pero todas las mañanas, sin fallar
Ninguna, acude puntual a su cita.
... Y allí estoy yo, con mi ilusión abierta
Y mis manos llenas de sed por la vida.
Quiero ver, si alguna mañana el sol
Despierta, también, mis ansias dormidas
Para proyectarlas en forma de versos
A un mundo que de vivir se olvida…
El sol y yo, cada mañana, cada amanecer,
Intercambiamos sonrisas

CAUCES.

CAUCES.

Tú eres el cauce y yo el río,
tú eres la sed y yo la palabra,
tú te fundes en la lejanía,
y yo me reflejo en tu mirada.
Juntos somos como el brillo y la luz,
como la luna y el agua
y ambos compartimos las bellezas
que nuestras manos abarcan…
... y si tú no dejas de ser cauce,
yo no dejaré de ser agua
y juntos navegaremos, amor,
en nuestra marinera barca.

¡POBRE CORAZON!

¡POBRE CORAZON!
Y ahora qué… ¡que le digo!
A mi pobre corazón
Que se me ha quedado en el camino
Roto de desesperación.
Que lejos está de la luna
De las estrellas y del fulgor
Que cuando dos corazones
Se juntan, hace brillar el sol.
En aquel camino se quedó una parte
Y en este, a solas, me encuentro YO.

DIQUES.

DIQUES.

Me están doliendo en los labios
los besos que no te he dado…
(Juan Alcaide)

Me están doliendo en el alma
las cosas que me dijiste…
mientras las mías en el aire
se rompieron contra un dique
... y por el, te quedaste sin saber
lo mucho que yo te quise.
Se me rompieron las palabras
y lamentablemente, en el envite,
fue naciendo el dolor
en el lugar en el que tú fuiste
como una canción al amor
y que hoy es mi noche más triste.
¡Porque me dueles tanto
tu que tanto me quisiste!
en el proceloso mar del dolor
nuestro amor se nos fue a pique.