Y TE ACUNARÉ EN VERSOS
Y tal vez llegará un día
en el que pueda acunarte en versos,
tenerte para siempre en mis brazos
y olvidarnos los dos del tiempo.
Nos desplazaremos por el horizonte
hasta situarnos en un cielo
que no compartiremos con nadie
porque solo será nuestro.
Si acaso dejaremos a los pájaros
que vengan todos a vernos
y a alegrarnos con sus trinos,
mientras rezamos un rosario de besos.
Y tendremos un jardín
con rosas y pensamientos...
Todo será para tí
mientras te voy acunando en versos.
Enrique DE QUIROS,
PIROPO.
Tal vez algún día
que bien pudiera ser mañana,
te veré mientras riegas las flores
que cuelgan de tu ventana...
Y espero no confundirme entre ti
y el clavel con el que te engalanas.
Pues tu eres una más entre ellas
o quizás la que más destacas.
¡Que más quisieran las flores
que tener la galanura que hay en tu cara!
Enrique DE QUIROS.
FRÍOS.
Hoy hace un frío silencioso,
no grita, se mete en los huesos
como si fuera una serpiente
que se deslizara por el cuerpo...
Es como el lamento del alma
cuando le llega el invierno
dejándole tantos años
que casi se cuentan por cientos.
Hoy no hay gritos en el aire,
solo lágrimas en el viento...
Las nubes tapan el sol
y en el cielo está lloviendo.
Enrique DE QUIROS.
ESPIGANDO.
Entre toda la paja que hay en el mundo
es difícil hallar algunas espigas buenas;
pero hay que seguir espigando
después de una y de otra siega.
Hay que ser recio como el labrador
que todos los años hace su siembra,
sin saber cuantos de sus granos
germinarán para el día de la cosecha.
Los he visto totalmente encorvados
hasta llegar a ser parte de su tierra,
regando con sus sudores, una tras otra,
todas y cada una de sus siembras.
Quiero tener la tenacidad del labrador
y sembrar en el mundo mis poemas
y seguir desechando espigas malas
hasta encontrar algunas buenas...
¡No puede ser todo paja
cuando es buena la siembra!
Voy a soñar como el labrador en el surco,
dejando mis rimas en la sementera.
Enrique DE QUIROS
BESOS.
No tardes, abre por fin tus labios
y déjame disfrutar de tus besos,
déjame libar el delicioso néctar
que en tu boca se está ofreciendo.
Seguro que sabe a menta,
a miel, canela y romero...
y cuando el amor anida en unos labios
hay que prodigarlos, no retenerlos,
sobre todo si hay otras bocas
con ansias locas de beberlos.
¡Que cuando dos bocas se juntan
se rasgan las cortinas del cielo!
Enrique DE QUIROS.
COMO EL SOL
Como el sol que atraviesa el cristal
sin romperlo ni mancharlo,
quiero llegar hasta ti
y dormir en tu regazo.
Ya se que pido imposibles
pero déjame, al menos, intentarlo,
que cuando el amor dice allá voy
es difícil, muy difícil, el pararlo,
pues tiene toda la fuerza del viento
y la ingravidez alada del pájaro.
Quiero ser nítido como el sol
y soñarme, despierto, en tu regazo.
Enrique DE QUIROS.
ES TAN LENTO SU CAMINAR.
Parece como si todos los relojes
se hubieran puesto en contra mía,
ya no avanzan segundo a segundo
que sus agujas se mueven día a día,
tal es la lentitud de su tictac
cuando en mi busca te encaminas.
Es como si se hubiera parado el tiempo
y el aire en las encinas...
se hubieran callado los jilgueros
y detenido su volar las golondrinas.
Tú estabas lejos, muy lejos
y tu distancia acrecentaba mi agonía,
y ni La Mar ni las flores
de consuelo alguno me servían...
Se han alargado los caminos
y los relojes se mueven en contra mía.
Enrique DE QUIROS.
MAL DE ALTURA.
No se si desde los cielos lo han visto
o están mirando hacía otro lado,
o tal vez es que a dios un mundo tan grande
se le ha ido de las manos.
Las tragedias se multiplican,
hombres y mujeres yacen destrozados
y mientras tanto en los cielos
parece que están jugando a los dados,
"Si sale un pito te quedas como estás
y si sale un seis te nombro santo..."
Algunos dirán que soy un blasfemo
y otros que es enorme mi pecado,
pero no puedo estar de acuerdo
con un dios que nos mira desde lo alto.
Enrique DE QUIROS.
COPLILLAS DE LA LLUVIA
Hoy es muy rara la lluvia,
¡Está lloviendo en colores!
colores que está pintando el sol
asomando sus albores...
En unos sí y en otros no,
Según en que rincones.
En unos el cielo se derrama
y en otros el sol luce rigores.
Por eso, hoy, cuando llueve
el día tiene distintos colores...
Pero tan solo de un color
son siempre mis amores.
Enrique DE QUIROS.
QUERERES...
Por su cauce se expande el río
siguiendo con alegría su vertiente
y en la cúspide de la montaña
hay una añoranza de nieve.
Todo en el espacio es un rumor
una vez triste y la otra alegre,
según sean los mensajes que del aíre
y por el aíre, el trino de los pájaros les lleve.
¡
Pero todo en mi será alegría
mientras sepa que tu me quieres!
Enrique DE QUIROS.
NOCHE MÁGICA.
El canto de los grillos y el bailar de las hojas
rompían la mudez del silencio...
nada quería dormir en esa noche,
como si todo quisiera participar en el festival
de los cuerpos,
buscándose el uno al otro
y descorriendo todos los velos,
rotos todos los tabues, sin trabas,
sin objeciones ni secretos.
No importaba la crudeza de la noche
ni lo poco acogedor del suelo,
eran como dos brasas encendidas
nacidas de un mismo fuego...
Fue una noche mágica, tan mágica
que parecía sacada de un cuento.
Enrique DE QUIROS.
¿ES UN SUEÑO?
Son muchas las veces que llego a pensar
que solamente formas parte de un sueño,
onírico cuando te sueño de noche
y real cuando te sueño despierto.
Eres como la luz que nace
en los dormidos ojos del silencio
llenando de músicas siderales
la penumbra en la que me asiento.
Ven hasta mí con tus pasos de niebla
y la armonía rítmica de tu concierto
formado por la musicalidad de tu risa
y el fulgir amoroso de tus besos.
No me importa la realidad de tu vida,
ni si eres verdad o un simple sueño,
Se y con eso me basta
que eres luz y de tu luz me sustento.
Enrique DE QUIROS.
¿DIME MUJER...?
Dime como iba yo a escribir versos
si no contara con tu presencia,
si no sintiera el repicar de tu risa
e incendiaras el crepitar de mis venas.
Como iba a ser mi voz verso en el aire,
pluma de pájaro y ala de cigüeña,
si no fuera para llegar hasta ti
y llenarme de la luz de tu presencia.
Dime Mujer, has pensado alguna vez
que sería de mí si no te quisiera.
Enrique DE QUIROS.
TODAS FUERON MÍAS
No me arrepiento de las cosas que elegí
si cada una me dio lo que tenía.
Es cierto que no todas fueron iguales,
que algunas fueron negras como las noches
y las otras luminosas como los días.
Pero todas para mí fueron buenas
aunque fueran, entre si, tan distintas.
Las tuve ardientes como un colegial
y como copos de nieve de tan frías.
Unas me dolieron y otras me alegraron
pero a todas las quise y todas fueron mías.
No me arrepiento de las cosas que elegí
y hoy de nuevo, si pudiera, las elegiría.
Enrique DE QUIROS. Foto Carmen Navarro
RECUERDOS
Y como recuerdo perenne de aquella noche
deje sobre tu carne un rosario de besos,
para que cada mañana, cuando despiertes
y te mires desnuda ante el espejo,
tus labios puedan buscar, todos y cada uno,
en el rosario que deje sobre tu cuerpo.
Parecerá que mis besos están dormidos,
pero no lo dudes, si los llamas serán de fuego
y volverán a arder en la hoguera
que aquella noche mis labios encendieron...
Y por mi parte, con el dolor de la distancia
arderé, también, en la llama del recuerdo.
Enrique DE QUIROS.
JUGANDO CON NUBES.
Yo me enamoré de una nube, tan caprichosa
que unas veces se me acerca y otras me aleja,
pero eso sí, nadie la gana en mimosa
ni tampoco nadie la gana en belleza.
Las veces que estoy a su lado
con fuego ardiente me besa...
y sus labios son como brasas
desprendidas de una hoguera.
Cuando no está conmigo, la llamo
y mi nube, caprichosa, no me contesta,
estará jugando con el sol
que a veces también la requiebra.
Dime nube...¿a quien quieres más?
Y mi nube, juguetona, no me contesta.
Enrique DE QUIROS.
LA SED DE RIO...
Hay una sed en el río
que no es una sed del agua
que es una sed de amores
en sus solitarias madrugadas.
Al río, en su fondo y a su cauce
también le duelen las nostalgias
de aquellos, que en sus márgenes,
se le acercan, a llorarlas.
A veces, el río, sin saberlo,
es el portador de las lágrimas
de muchos amores frustrados
y de mucho dolor en las almas...
Y al río le ha nacido una sed
que ya no calman sus aguas
Y quiere, también, amores
en sus frías y solas madrugadas.
Enrique DE QUIROS.
Foto Carmen Navarro
TRISTEZA.
La sombra del dolor dicen que es opaca.
Yo no creo que sea así, yo la veo negra,
negra como dicen que es la muerte
y negra como son las penas.
Negras como son las horas tristes
y negras como son las horas muertas.
Negro es todo aquello que duele
cuando dos amores se alejan
produciendo un vacio en las almas
que ni tan siquiera otros amores arreglan.
Todo lo que es triste, dicen que es negro,
y a mí, ¡que triste! me quiere la tristeza.
Enrique DE QUIROS.
PREFIERO EQUIVOCARME.
Y si nos equivocamos cada día y hay
más allá otra vida mejor que esta.
Una vida con huríes y acordes musicales
de violines, oboes, pianos y trompetas.
Una vida en la que las flores no se marchiten
y tenga cada uno, por corcel una estrella.
Quien sabe, quizas nos aferramos
a lo conocido y no miramos tras otras puertas,
si a lo mejor, detrás, hay otra vida
más díafana, luminosa y hasta perfecta.
Pero si a mí me dieran a elegir, es seguro,
que me quedaba para siempre con esta,
de la que es posible que lo ignore todo,
pero al menos me se su música y su letra
y tengo mis amores repartidos a lo largo
y a lo ancho, en los confines de la tierra,
porque amo todo aquello que nace a la luz
cuando el sol en la mañana depierta.
Es posible que nademos en imperfecciones,
pero a mí no me gustan las cosas perfectas,
Enrique DE QUIROS.
Foto `propia.Contrastes.
a
A MODO DE INVOCACION.
Si Tú respondes de todo y de todos
Dime que han hecho estos seres
para que los tengas así, lejanos
en un estar dormidos permanente.
No solo has paralizado sus cuerpos
si no que también has obnubilado sus mentes...
y si no los quieres en tu seno,
dime Tu, ahora, en donde los quieres.
No me parece nada justo y perdona
si Te molesta que te increpe...
a no ser que hagas tuyo aquel adagio
"de quien te hará sufrir quien bien te quiere"
No se si es una condena, pero si lo es
Te aseguro que no todos lo merecen.
Enrique DE QUIROS.
