ENTREGA.
No había ni una sola nube,
el azul del cielo estaba limpio
y por una vez todo era luz...
hasta los pájaros en sus nidos
callaban expectantes
para que fueran mas claros tus latidos.
Solos tú y yo en todo el espacio
y entre los dos un suspiro...
Lo recuerdas...te abracé con fuerza
y algo te dije al oído...
Tú bajaste los ojos y te comprendí...
Fuiste mía y el cielo estalló de júbilo.
Enrique DE QUIROS.
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