AQUEL ÁRBOL.
Hay un árbol en aquella orilla
de un camino ya olvidado
y sin embargo es verde su ramaje
y acogedor su tronco agrietado.
Es viejo si, muy viejo, y por su vida
muchos amores han pasado,
pero el sigue ofreciendo su sombra
sin importarle estar hoy orillado,
que siempre fue muy amoroso
para quien con amor vino a buscarlo.
Los caminos, hoy, conducen a otra parte
y el árbol, en una orilla, quedó olvidado.
Yo, que tantes veces me cobijé a su sombra,
vuelvo a su cobijo, de vez en cuando.
Enrique DE QUIROS.
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