A UNA FLOR SOLITARIA,
EN UN ÁRBOL SECO.
Pendías solitaria de una rama seca
del abandonado y seco almendro
y yo me pregunto como pudiste ser
sin que nadie te cuidara con esmero,
sola en un árbol sin apenas savia
y con apariencia de estar seco.
Nunca vi escarbar a tu sombra
ni tuviste más agua que la del cielo
y sin embargo en tu rama estás
para hacer el tronco más bello.
Yo te he contemplado de cerca
y no he querido cercenar tu anhelo
de adornar, por unas horas, tu rama
y apenas te he rozado con un beso.
Enrique DE QUIROS.
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