LA MAR Y EL RÍO.
La suavidad que tiene el río
la envidia, a veces, La Mar,
que con la fiereza de sus aguas
no se deja acariciar...
Y aire va sembrando caricias
que en sus aguas no puede dejar.
La Mar quiere ser como el río
y el río quiere ser como La Mar...
El río quiere ser grande para ser como un trueno
y La Mar quiere ser chiquita y dejarse acariciar.
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