ANSIEDADES ONÍRICAS.
Mis dedos, como patines en tu carne,
trazan surcos sutiles
y se aferran a tus pechos
como a su presa se aferran los mastines.
Dejame permanecer en tu lecho,
en el y a tu lado, mis carnes reviven
y aunque sea tan solo un sueño
deja que sobre ti me deslice.
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