domingo, 16 de agosto de 2015
EN EL RINCON DE LA VIDA.
EN EL RINCÓN DE LA VIDA.
(Sus muslos se me escapaba
como peces sorprendidos...)
Garcia Lorca.
Ni eran peces, ni estaban sorprendidos
eran tus muslos, abiertos a mis caricias,
que querían abarcarte toda y beberte,
sorbo a sorbo, hiriendo sin heridas...
Tu cuerpo era como un campo verde
con todo el esplendor de sus espigas
y mis manos, ebrias de tu desnudez,
igual que una procesión de hormigas,
rompiendo todas las fronteras
recorrían tus carnes enfebrecidas
a la búsqueda de ese rincón
en el que el amor nace a la vida...
¡No hicieron falta las luces
nuestra pasión estaba encendida!
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