BEETHOVEN,
Me estoy bebiendo, a pequeños sorbos,
a un Beethoven redivivo,
mientras suenan sus acordes
armoniosos en mi oído.
¿Como puede ser que algo tan lejano
de tal vuelco a los sentidos?
Y pueda sumirte en un éxtasis
que te haga olvidar que estás vivo,
que sus arpegios te lleven en un sueño
sin sombras y sin destino...
Ya que para adentrarte en su música
no se precisan espacios fijos.
Con Beethoven no hay crisis, ni Rajaoy,
es de cristal el camino
¡Que todo lo ilumina la música
que nos legó aquel sordo divino!
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