RECUERDOS.
Y como recuerdo perenne de aquella noche
dejé sobre tu carne un rosario de besos,
para que cada mañana cuando te despiertes
y te mires, desnuda, ante el espejo,
tus labios puedan buscar todos y cada uno
en el rosario que dejé sobre tu cuerpo.
Parecerá que mis besos están dormidos,
pero no lo dudes, si los llamas, serán de fuego
y volverán a quemarse en la hoguera
que aquella noche mis labios encendieron.
Y por mi parte, con el dolor de la distancia.
arderé, también, en la llama del recuerdo.
Enrique DE QUIRÓS. Foto Propia
No hay comentarios:
Publicar un comentario