lunes, 5 de febrero de 2018
EN EL RINCÓN DE LA VIDA
EN EL RINCÓN DE LA VIDA.
("SUS MUSLOS SE ME ESCAPABAN
COMO PECES SORPRENDIDOS"...)
No eran peces ni estaban sorprendidos,
eran tus muslos, abiertos a mis caricias,
que querían abarcarte toda y beberte,
sorbo a sorbo, hiriendo sin heridas...
Tu cuerpo era como un campo verde,
con todo el esplendor de sus espigas
y mis manos, ebrias de tu desnudez,
igual que una procesión de hormigas,
rompiendo todas las fronteras
recorrían tus carnes enfebrecidas
a la búsqueda de ese rincón
en el que el amor nace a la vida...
¡No hicieron falta las luces,
nuestra pasión estaba encendida!
Enrique DE QUIRÓS. FOTO PROPIA.
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