EN AQUEL BALCÓN.
En el balcón estábamos los dos solos
descolgando las estrellas del alba
mientras un coro de pájaros locos
con sus trinos nos amenizaba.
Aparte de ello todo era quietud
en aquel balcón que el aire sosegaba,
pues ni tú querías romper el silencio
ni a mí me nacían las palabras...
con el trino de los pájaros y el rumor
de los besos, a los dos nos bastaba
Enrique DE QUIROS.
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