30 Agosto 2017
LA SOLEDAD DEL CAUCE.
Está llorando el viejo cauce
porque le han robado sus aguas,
una autoridad cualquiera
decidió un día trasvasarlas,
dejando al cauce, en su sequedad,
mostrando al aíre sus entrañas.
Ahora su lecho está vacío
y sobre si el cauce no siente nada
si acaso el dolor de alguna piedra
por un hombre, sobre el, arrojada.
El cauce es ahora un desierto
de tierras agrietadas
que añora cada día
las aguas que le fueron robadas.
Enrique DE QUIRÓS FOTO PROPIA
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