UNA MANO NEGRA.
(A mi mujer, en sus sombras)
Amparándose en los pliegues de una nube
llegó hasta ti, una mano negra...
llegó sin tan siquiera avisar,
que para ella no existieron las puertas,
entró arrasándolo todo,
negando desde entonces tu existencia,
que subsiste solo navegando
en un cielo sin estrellas.
¿hasta que punto estás en el mundo?
Dime ¿percibes mi presencia?
o solo soy una sombra más, de las muchas
que pululan en tu "sesera".
Y todavía hay quien me habla de resignación,
de mantener viva mi entereza...
¡No saben como duele en mi corazón
el vacío que habita en tu cabeza!
Enrique DE QUIRÓS. FOTO PROPIA,
No hay comentarios:
Publicar un comentario