LA FUERZA DE
LOS SUEÑOS…
(A mi hijo “Manu” con el que bajaré,
quizás, mis últimos escalones).
Bajaba los escalones de dos en dos
y en el río me atraía la fluidez del agua;
lo mismo me daba un camino en el llano
que en lo más encrespado de la montaña,
era como si tuvieran alas mis pies
y por mis ojos fluyera la visión del águila.
No necesitaba para nada la luz…...
yo era la luz que mis pasos iluminaba.
Hoy, para bajar escaleras, necesito apoyo
y me valgo de sus barandas,
pero me sigue acompañando la misma luz
que fue, es y será mi mejor aliada:
es la luz de mis sueños, que siempre vivos,
se incendiaron un día en mi alma…
…y yo seguiré el caminar de esos sueños
mientras haya una brizna de vida en mi entraña.